Evidencia del precio que nuestro cerebro paga por la tecnología.

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Los hallazgos de una reciente investigación demuestran el precio que pagamos por la tecnología. Evidencian que los procesos neurobiológicos en la comunicación cara a cara versus asistidos por tecnología tipo zoom son significativamente distintos.

La comunicación a través de la tecnología se ha convertido en una práctica cotidiana generando un cambio de paradigma en el desarrollo de nuestra especie con un impacto potencial en el cerebro social que aún se desconoce en su totalidad. Ahora nos comunicamos de forma remota a través de una variedad de plataformas y canales de redes sociales, como Zoom o Teams. Sin embargo, a pesar de abrir posibilidades para el contacto a distancia, la comunicación tecnológica tiene sus inconvenientes.

Un reciente estudio de hiperescaneo con electroencefalografía, EEG, aplicando una perspectiva de dos cerebros para medir la sincronía de cerebro a cerebro en 62 parejas durante la interacción cara a cara frente a la comunicación remota asistida por tecnología, reveló que la comunicación asistida tecnológicamente atenúa la sincronía intercerebral, afectando el comportamiento social, la cooperación y la empatía, funciones claves en el procesamiento activo de la información, la mentalización, la predicción de acciones de otros, la percepción y la integración de información sensorial, lo cual tiene fuertes efectos en la comunicación efectiva.

Gráfica extraída de Schwartz et al 2022.

La interacción en vivo (face to face) provocó nueve (9) enlaces cerebrales cruzados significativos entre áreas frontales y temporales densamente interconectadas en el rango beta [14–30 Hz]. La región frontal derecha de una persona está conectada con las regiones frontal, temporal y central derecha e izquierda de la otra persona, lo que sugiere su papel regulador en la organización de la dinámica de dos cerebros.

En contraste, la interacción remota (video chat) provocó solo un (1) enlace significativo, lo que atenuó la sólida conectividad de cerebro a cerebro durante los momentos sociales que comunica señales socioafectivas.

La interacción cara a cara desencadena significativamente más conexiones entre cerebros en áreas ampliamente distribuidas en comparación con la comunicación asistida por tecnología. Las múltiples áreas de vinculación neuronal subrayan la riqueza de posibilidades entre cerebros que ofrecen las interacciones naturales que involucran la presencia conjunta que pueden reflejar numerosos mecanismos desencadenados por diferentes objetivos sociales.

La comunicación remota se caracteriza por una sincronía intercerebral significativamente menor en comparación con las interacciones cara a cara que involucran la presencia conjunta.

Los hallazgos permiten inferir que la comunicación asistida tecnológicamente pueden requerir un esfuerzo adicional para producir e interpretar señales no verbales, como el lenguaje corporal y las expresiones faciales lo cual genera una sobrecarga cognitiva que se considera una de las razones de la llamada fatiga de Zoom.

Los resultados indican que la co-presencia humana se basa en procesos neurobiológicos específicos, con lo cual la tecnología ofrece una gran cantidad de posibilidades pero también serias implicaciones en la cognición social.

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Diego Andrés Aguas González | Neurocientífico Social | Investigador Neurociencia del Comportamiento.

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Referencia,

Linoy Schwartz, Jonathan Levy, Yaara Endevelt-Shapira, Amir Djalovski, Olga Hayut, Guillaume Dumas, Ruth Feldman, Technologically-assisted communication attenuates inter-brain synchrony,NeuroImage,Volume 264,2022.